Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares (España), presidió la celebración de la misa con ocasión del 85 aniversario del martirio de 143 beatos de Paracuellos de Jarama en el cementerio de esta localidad de Madrid (España) el pasado 14 de noviembre.
Concelebraron superiores y representantes de las órdenes a las que pertenecen los religiosos y sacerdotes cuyos restos mortales descansan en el cementerio. Tras la Santa Misa se expuso el Santísimo Sacramento y se realizó una procesión Eucarística recorriendo las siete grandes fosas donde yacen los beatos mártires y demás víctimas.
Durante la homilía, el Obispo de Alcalá de Henares aseguró que "se han cumplido ya ochenta y cinco años desde que nuestros hermanos, que están enterrados en esta Catedral de los mártires, dieron testimonio de fe en Cristo, de amor a España y de perdón a sus verdugos. 143 de ellos ya han sido beatificados y otros están en camino esperando la certificación de la Iglesia. Su obra fue una obra de amor y un testimonio de la fortaleza que el Espíritu Santo regala a los hijos de Dios".
Mons. Reig aseguró que aunque hay quienes "están tentados a pensar que la sangre derramada por nuestros mártires fue inútil" ya que "de nuevo la España oficial está ejerciendo una férrea censura sobre Dios sobre todo en los llamados "actos de Estado", censura que se extiende como olvido de Dios en las instituciones públicas y en la mayoría de los medios de comunicación".
También alertó de que se está produciendo una "deconstrucción de lo humano" con un modo de vivir "individualista, anclado en el relativismo moral y en el nihilismo" y se difunde "un pensamiento único en los planes educativos, en las manifestaciones "culturales" y en las plataformas de comunicación al dictado de una agenda de ingeniería social diseñada por los más altos organismos internacionales".
A pesar de la grave situación, Mons. Reig Pla aseguró "el juicio de Dios es nuestra esperanza," ya que Jesucristo "acabará con el poder del mal y con su venida, el Reino de Dios será instaurado plenamente. Es lo que pedimos cada día con la oración del "Padre nuestro": Venga a nosotros tu Reino".