La Misa de Quilombos fue concebida por el entonces Arzobispo de Olinda y Recife, Mons. Helder Câmara, escrita por el entonces Obispo de São Félix do Araguaia, Mons. Pedro Casaldáliga, y por el poeta Pedro Tierra, con música de Milton Nascimento.
Esta celebración fue presidida por el entonces Arzobispo de Paraíba, Mons. José Maria Pires, también conocido como Dom Zumbi, por su conexión con el movimiento negro. Posteriormente, la Missa dos Quilombos se transformó en una obra de teatro, dirigida por Luiz Fernando Lobo.
Al comienzo de la Misa en Aparecida, se cantó como canción de apertura "A de Ó", de Milton Nascimento, que forma parte de la Missa dos Quilombos.
Según Mons. Zanoni, "la procesión de entrada es siempre una llamada a la peregrinación" y el canto expresaba que "estamos llegando, venimos de todos los rincones, de todos los lugares, de comunidades quilombolas, cofradías, periferias, trayendo vida".
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Además, se hizo referencia a Nuestra Señora Aparecida como "Soberana Quilombola" y "Negra Mariama", utilizando la expresión proclamada por Mons. Helder Câmara para referirse a la Virgen María, en la "Invocación a Mariama" (palabra que viene de María que ama) pronunciada al final de la Misa de Quilombos.
"Nuestra gente que vino a participar con sus lindas ropas, con sus colores, es católica. Tienen una gran deferencia hacia la Madre de Jesús, quien es aclamada por tantos nombres, Nuestra Señora de Schoenstatt, Nuestra Señora de la Buena Muerte, Nuestra Señora Desatanudos. Pero, es parte del pueblo negro, de las comunidades quilombolas, hablar a la 'Soberana Quilombola', soberana que significa la reina y el quilombo es el lugar donde están estas personas", añadió.
Mons. Zanoni afirmó que esta peregrinación y la celebración de la Misa "son parte del camino en la Iglesia de este pueblo que reivindica su catolicidad. No se trata de movimientos sociales, de ideología, sino de fe, que va a los pies de la Virgen y ofrece su vida".
Según indicó el Obispo, a pesar de las críticas que se leen principalmente en las redes sociales, "cientos de miles de personas quedaron encantadas y se sintieron identificadas".
Finalmente, señaló que "hoy en día hay tantas distorsiones en la comunicación y poco se sabe de la vida de la Iglesia" y subrayó que la Eucaristía también "trae la vida, los dolores, los sufrimientos, las alegrías de nuestro pueblo".
"La vida concreta de las personas tiene que ver con nuestra fe", concluyó.