El Arzobispo de Piura y Tumbes (Perú), Mons. José Antonio Eguren, ofreció una honda reflexión sobre el nexo que existe entre el fin del mundo y la pandemia del COVID, una "terrible experiencia" que toca profundamente la vida de las personas.
En la homilía de la Misa que presidió este domingo en la Catedral de Piura, el Prelado destacó que "en los últimos domingos del Año Litúrgico se medita en los acontecimientos finales de la historia, es decir en la última y gloriosa venida de nuestro Señor Jesucristo al final de los tiempos, así como en sus consecuencias en nuestra vida".
Mons. Eguren resaltó que "todos los signos y señales que Jesús nos da sobre el fin de los tiempos son inciertos en lo que respecta a cuándo acontecerá" por lo que "no hay que estar creyendo a aquellas personas que cada cierto tiempo nos van sobresaltando, diciéndonos que ya llega el fin del mundo".
En ese sentido y a la pregunta sobre por qué Jesús habla del fin de los tiempos, el Prelado peruano responde que el Señor lo hace para que "siempre pensemos y sintamos que Él está cerca, que su venida es inminente, y que por lo tanto debemos estar en todo momento preparados, es decir en gracia de Dios, con el corazón convertido y en tensión hacia Jesús que viene hacia nosotros".
Hablando del COVID, el Arzobispo alentó a no "desperdiciar toda la angustia y dolor provocado por la pandemia que venimos padeciendo, así como la dolorosa experiencia del gran número de fallecidos, algunos de ellos familiares nuestros y amigos muy queridos".
"Todo ello tiene que hacernos reaccionar, es decir, llevarnos a una conversión sincera de vida, a un volver al Señor desde lo más profundo de nuestro corazón, a un estar siempre preparados".