VATICANO,
El Papa Francisco alentó este domingo 14 de noviembre, V Jornada Mundial de los Pobres, a ser incansables constructores de esperanza, luz mientras el sol se oscurece, testigos de compasión mientras a nuestro alrededor reina la distracción y la indiferencia.
Así lo dijo el Santo Padre durante la Misa que celebró en el altar principal de la Basílica de San Pedro del Vaticano con la concelebración de numerosos cardenales y obispos y con la participación de cientos de fieles, entre ellos, algunas personas desfavorecidas.
En su homilía, el Pontífice subrayó "hoy la Iglesia nos dice: détente y siembra esperanza en la pobreza, acércate a los pobres y siembra esperanza. La esperanza de ellos, tu misma esperanza, la esperanza de la Iglesia".
"A nosotros se nos pide esto: que seamos, en medio de las ruinas cotidianas del mundo, incansables constructores de esperanza, que seamos luz mientras el sol se oscurece, que seamos testigos de compasión mientras a nuestro alrededor reina la distracción, que seamos presencia amante, atenta en medio de la indiferencia generalizada", afirmó.
En esta línea, el Papa destacó la importancia de ser "testigos de compasión porque nunca podremos hacer el bien sin pasar por compasión, al máximo haremos cosas buenas pero que no tocan la vía cristiana porque no toca el corazón. Lo que nos hace tocar el corazón es la compasión, nos acercamos, sentimos compasión y hacemos gestos de ternura. Precisamente el estilo de Dios: cercanía, compasión y ternura. Esto es lo que se nos pide hoy".
"En este momento, preguntémonos, ¿qué se nos pide a nosotros cristianos ante esta realidad? Se nos pide que alimentemos la esperanza del mañana aliviando el dolor de hoy. Están vinculados. Si tú nos vas adelante aliviando el dolor de hoy difícilmente tendrás esperanza mañana", advirtió.