REDACCION CENTRAL,
La Corte Suprema de Estados Unidos escuchó los argumentos orales en el caso de un hombre que busca rezar con su pastora mientras es ejecutado y, según un experto legal, el caso puede no ser tan sencillo como podría parecer.
John Henry Ramírez, de 37 años, inicialmente iba a ser ejecutado el 8 de septiembre en la Penitenciaría del Estado de Texas en Huntsville. Sin embargo, no se llevó a cabo debido a que la Corte Suprema decidió intervenir para conocer su caso.
Ramírez busca que la pastora Dana Moore, de la Segunda Iglesia Bautista en Corpus Christi (Texas), esté presente con él y le imponga las manos mientras recibe la inyección letal. Se le dijo que esto no sería posible y que no se permitiría el acercamiento de su líder religiosa.
Durante la escucha de argumentos el 9 de noviembre, el procurador general de Texas, Judd Stone, admitió ante el juez Stephen Breyer que la oración audible y el acercamiento durante las ejecuciones eran "algo común" y que no hubo incidentes en las casi cuatro décadas en las que el estado permitió que asesores espirituales acompañaran en la cámara de la muerte a los presos condenados.
Texas permitió que los asesores espirituales acompañen a los prisioneros en la cámara de la muerte entre 1982 y 2019, hasta el día en que un preso solicitó que lo asistiera un capellán budista. En lugar de ello, el estado decidió prohibir la presencia de los asesores espirituales en la cámara de ejecución.
Stone le dijo a la juez Elena Kagan que no podía pensar en el ejemplo de un consejero espiritual que interfiriera con una ejecución en otro estado, pero que esta situación era bastante exclusiva de Texas.