Cada 9 de noviembre la Iglesia Católica recuerda a San Benigno, nacido en Armagh, hoy condado de Meath (Irlanda). Fue obispo coadjutor de la diócesis de Armagh, y cultivó una larga y fructífera amistad con San Patricio, patrono de Irlanda, de quien fue discípulo predilecto.
Benigno, llamado así por su talante sereno y bondadoso, acompañó en numerosos viajes y misiones a San Patricio. Además de haberse distinguido por su bondad y buen carácter, destacó por su habilidad para el canto; lo que le valió que el pueblo lo llamara "el salmista de Patricio".
A él se atribuye la evangelización de los condados de Clare y Kerry, de donde pasó más tarde a Connaught. Siempre, a su paso, echó mano de la música coral para fortalecer la evangelización. Posteriormente, cuando San Patricio fundó una iglesia en Drumlease, en la diócesis de Kilmore, encargó su cuidado a Benigno, quien la gobernó durante veinte años.
La sociedad entre San Patricio y San Benigno no se agotó en lo mencionado, sino que se extendió a otros campos. Se dice que Benigno contribuyó a la elaboración del Salterio de Cashel y del Libro de Derechos, el Senchus Mor, en trabajo conjunto con su santo preceptor.
A la muerte de Sechnall, sobrino de Patricio, Benigno fue nombrado coadjutor de Armagh y se convirtió en el primer rector de la Escuela Catedralicia de esa ciudad. En calidad de obispo asistió al Sínodo que aprobó el canon que reconocía la Sede del Apóstol Pedro como el tribunal final de apelaciones en casos difíciles. Este canon forma parte del Libro de Armagh.
Luego, a la muerte de San Patricio, Benigno se convirtió en el principal obispo de Irlanda.