VATICANO,
La acción educativa de la Iglesia tiene una responsabilidad con la protección de menores y la prevención de toda forma de abusos, una responsabilidad que, en opinión del Papa Francisco, debe mostrarse prioritaria.
Así lo señaló el Santo Padre en el mensaje que envió con motivo del congreso "Promover la protección de los menores en tiempo del COVID 19 y más allá", que se está desarrollando hoy en Roma en la Sala San Pío X.
El congreso está organizado por la Comunidad Papa Juan XXIII junto con Acción Católica Italiana y el Centro Deportivo Italiano en colaboración con la Universidad de Bolonia.
En su mensaje, el Pontífice destacó que "la protección de menores debe ser siempre, de forma concreta, una prioridad ordinaria en la acción educativa de la Iglesia. Debe promover un servicio abierto, confiable y autorizado en contraste firme con cualquier forma de dominio, de desfiguración de la intimidad y de silencio cómplice".
Puso de relieve que los trabajos de este congreso pretenden mostrarse "como expresión de la participación activa del pueblo de Dios al camino de conversión personal y comunitaria. Un camino que, como Iglesia, estamos llamados a realizar todos juntos, con la atención puesta en el dolor y en la vergüenza por no haber sido siempre buenos custodios protegiendo a los menores que nos han sido confiados a nuestras actividades educativas y sociales".
Explicó que ese camino, ese proceso de conversión, "requiere con urgencia una renovada formación de todos aquellos que tienen responsabilidad educativa y que trabajan en entornos con menores en la Iglesia, en la sociedad, en la familia. Solo así, con una acción sistemática de alianza preventiva, será posible erradicar la cultura de la muerte porta en sí toda forma de abuso sexual, de conciencia, de poder".