Ese mismo día, un acto similar ocurrió en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde cuatro activistas de la misma organización feminista vandalizaron con pintura roja la Catedral Basílica Menor de San Lorenzo Mártir, cuando el arzobispo local celebraba la Misa dominical.
El 27 de octubre, la defensora del pueblo de Bolivia, Nadia Cruz, lideró la marcha en la que funcionarios de su entidad y activistas en favor del aborto atacaron la sede de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) en La Paz. Los exteriores de la sede episcopal fueron pintados con graffitis y se pegaron pancartas con mensajes proaborto.
Los ataques ocurren días después de que algunas instituciones del Gobierno boliviano y la prensa, incluida la extranjera, acusaron a la Iglesia en Bolivia de haber intervenido en la decisión de una niña de 11 años, embarazada producto de una violación, para que rechace abortar, continúe con la gestación y sea trasladada a un albergue.
La Iglesia local ha negado rotundamente tal acusación. Una autoridad de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra aseguró a ACI Prensa que la Iglesia local "desde el inicio ha demostrado cercanía y apoyo concreto" y lamentó que los critiquen "por ofrecer, por ayudar materialmente a la niña con hogar, educación, medicina y tratamiento psicológico".
En su comunicado, Guzmán aseguró que los laicos son "testigos de la actitud fuerte y valiente de nuestra Iglesia de Santa Cruz, en la defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural".
"Esta es sin duda alguna, una actitud de principios y valores cristianos, tarea irrenunciable que constantemente mueve nuestra conciencia y nuestra fe, ante un mundo ávido de luz y de esperanza. Nuestra Iglesia siempre será proactiva y propositiva en la defensa de la vida, por la posición responsable y prudente, con actitud misericordiosa y solidaria, ante la intransigencia y la falta de respeto", agregó.