VATICANO,
Al dirigir el rezo del Ángelus este 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, el Papa Francisco advirtió que la santidad "no es una conquista humana, sino un don que recibimos" que produce alegría porque "no hay santidad sin alegría".
"La santidad no es un programa de vida hecho solo de esfuerzos y renuncias, sino que es ante todo el gozoso descubrimiento de ser hijos amados por Dios. No es una conquista humana, es un don que recibimos: somos santos porque Dios, que es el Santo, viene a habitar nuestra vida", destacó el Papa.
Luego, el Santo Padre indicó que "la alegría del cristiano, por tanto, no es la emoción de un momento o simple optimismo humano, sino la certeza de poder afrontar cada situación bajo la mirada amorosa de Dios, con la valentía y la fuerza que proceden de Él".
Por ello, el Papa subrayó que "los santos, incluso en medio de muchas tribulaciones, vivieron esta alegría y la testimoniaron" porque "sin alegría, la fe se convierte en un ejercicio riguroso y opresivo, y corre el riesgo de enfermarse de tristeza".
De este modo, el Santo Padre explicó que "un Padre del desierto decía que la tristeza es un gusano del corazón, que corroe la vida" y animó a preguntarnos "¿somos cristianos alegres? ¿Transmitimos alegría o somos personas aburridas y tristes con cara de funeral? Recordemos: ¡no hay santidad sin alegría! ¡no hay santidad sin alegría!".