El próximo sábado 30 de octubre tendrá lugar la beatificación de 4 sacerdotes operarios que murieron mártires durante la persecución religiosa de la Guerra Civil Española. El más joven de los mártires era el P. Aquilino Pastor Cambero que hacía tan sólo un año que había sido ordenado sacerdote y que entregó su vida por no renunciar a Cristo.
El P. Aquilino nació en Zarza de Granadilla, Cáceres (España). Era el menor de cinco hermanos.
Desde pequeño Aquilino tenía una gran inclinación hacia el sacerdocio, jugaba a celebrar la misa en pequeños altares que él construía y llamaba a sus amigos para que acudieran.
Ingresó en el Seminario de la Diócesis de Coria-Cáceres en el curso 1923-1924, como su familia era humilde y no podía asumir todos los gastos del seminario, el párroco se comprometió, a partir del tercer curso, a ayudarles económicamente a ello.
El año 1932 su Obispo le envió al Seminario central de Toledo, que entonces concedía grados universitarios en las ciencias eclesiásticas, para que allí perfeccionara sus estudios, ya que tenía cualidades para ello.
Su padre falleció en abril de 1934 y el joven Aquilino tuvo que convencer a su madre de su vocación de operario, comprometiéndose a velar para que nunca le faltase nada.