MADRID,
En una entrevista concedida al diario La Razón, el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Antonio Cañizares Llovera, habló acerca de los retos y desafíos que enfrenta la Iglesia y la sociedad españolas, tras el anuncio del PSOE de realizar cambios sustanciales en asuntos de defensa de la vida y educación.
Con respecto al anuncio del futuro ejecutivo socialista de ampliar las posibilidades del aborto, Mons. Cañizares declaró que “el aborto procurado es un execrable crimen; una atentado contra la vida; un asesinato de seres humanos indefensos e inocentes. Nunca justificable”.
“Es deber del Estado y de los legisladores el proteger la vida. Cuando éstos autorizan el aborto, contradicen radicalmente su razón de ser y comprometen en su raíz todo el ordenamiento jurídico, introduciendo en el mismo poder la posibilidad de atentar violentamente, de manera legal, contra un ser humano inocente, débil e indefenso”, señaló el Primado español al pedírsele un mensaje a los legisladores que, previsiblemente, legislarán a favor del aborto.
Mons. Cañizares recordó que “no por ser legal o ‘legitimado’ por el consenso popular, que puedan representa la mayoría de los votantes, un crimen deja de serlo. Autorizar los medios tendentes de suyo al crimen es autorizar el crimen. Ninguna mayoría puede legitimar una legislación que esté contra derechos tan fundamentales como es el derecho a la vida del ser humano en todas las fases de su existencia, desde su concepción, hasta su muerte natural”.
Interrogado sobre la posibilidad de impedir el aborto en una democracia, el Arzobispo de Toledo manifestó que “la defensa del derecho inalienable a la vida por parte de todo ser humano no es algo al arbitrio o al juicio de cada ser humano” y añadió que “la democracia no se puede convertir en un sustitutivo de la moralidad o de la panacea de la inmoralidad. Se mantiene o cae con los valores que encarna o promueve”.
“La permisión del aborto es una degradación de la democracia y un ataque a su misma entraña, porque no respeta la dignidad del ser humano, ni sus derechos inviolables más fundamentales como es el del respeto a la vida de todo ser humano. Las mayorías no legitiman si un acto es moral o no, si es legítimo o no: ¿Justificaría alguien a estas alturas las mayorías hitlerianas? Sólo pensarlo y más decirlo parece que ofende”, declaró el Prelado.