Al acercarse el fin de la vida escolar, los estudiantes deben enfrentarse a la trascendental pregunta sobre su futuro profesional. Manuel Aravena, estudiante de primer año de Pedagogía en Religión en la Universidad Católica de Chile (UC), explica por qué ésta es una profesión de impacto en la sociedad que invita a vivir una doble vocación: "La de enseñar y la de vivir la fe".
"Es precisamente ese componente el que lo hace un desafío gratificante, el poder enseñar con pasión, lo que uno cree con pasión", agregó.
En ese sentido, Aravena explicó a ACI Prensa que la pedagogía "genera cuestionamientos que ayudan a profundizar lo que uno cree".
"En el proceso de formación se crece intelectual y espiritualmente. Es una carrera en la que se puede generar un gran impacto, que tiene muchos desafíos, pero también que entrega muchas satisfacciones que son duraderas, que van más allá del concepto del éxito que se tiene comúnmente", aseguró.
"El poder educar en la fe hace que los jóvenes de hoy cambien el mundo desde ya, con una mirada cristiana". "En cualquier ámbito que decidan desarrollarse podrán tomar decisiones que impacten en sus comunidades con una impronta cristiana. En definitiva, es vivir una vida con trascendencia".
Por ese motivo, los profesores de religión "son necesarios hoy y lo seguirán siendo en el futuro" porque siempre "será de relevancia el poder mostrar a Jesús a todos los jóvenes y que se les dé una de las mejores propuestas: que ellos puedan seguirlo", afirmó Aravena.