Cada 25 de octubre la Iglesia conmemora al Beato Tadeo McCarthy (Thaddeus McCarthy, en inglés, o, en el original gaélico, Tadhg Mac Cárthaigh - ca. 1455-1492) eclesiástico irlandés, quien fuera nombrado obispo en dos oportunidades, pero que nunca llegó a asumir ninguna de sus sedes.
McCarthy nació alrededor del año 1455 en Innishannon, condado de Cork, Irlanda, en el seno de una familia noble. Su padre ostentaba el título de Lord (señor) de Muskerry, mientras que su madre era hija de Edmund Fitzmaurice, noveno Lord de Kerry. Por su condición social recibió una dedicada educación, probablemente a cargo de frailes franciscanos.
Desde muy joven, empezó a prepararse para el sacerdocio, primero a cargo de un tío suyo, el canónigo Thady Mac Cárthaigh, para luego embarcarse rumbo a Francia y continuar sus estudios en la prestigiosa Universidad de París. La ordenación sacerdotal se produciría de vuelta a su natal Cork, donde permanecería poco tiempo, ya que Roma lo esperaba para ser en el último eslabón de su formación académica.
El obispo al que le arrebataron dos veces su sede
Es entonces cuando el Papa Sixto IV (p. 1471-1484), al tanto de las cualidades personales del joven sacerdote irlandés, lo nombra arzobispo de Ross, en Cork. Tadeo solo tenía 27 años en ese momento, y sería consagrado obispo el 3 de mayo de 1482 en la iglesia de San Esteban en Roma.
Llegado a Munster, al sur del territorio insular de Irlanda, el beato se entera de que la sede que iba a asumir estaba en posesión de Hugh O’Driscoll, quien la ocupaba desde 1473 por encargo del propio Sixto IV. Irlanda carecía de un gobierno político unitario y más bien se encontraba dividida entre reinos gaélicos y señoríos anglos. Todo indicaba que el Papa había sido mal informado sobre la supuesta muerte de O’Driscoll.