El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), expresó el 22 de octubre su preocupación por el "actual clima de beligerancia y polarización en la vida política, especialmente en la campaña presidencial", y por ello pidió que las elecciones generales del 21 de noviembre se realicen en paz y concordia.
Ese día los chilenos elegirán al nuevo presidente, parlamentarios y consejeros regionales.
Los Obispos expresaron que "para vivir el proceso eleccionario en paz y concordia ciudadana" las elecciones deberían ser "una oportunidad para confrontar ideas, proyectos y programas sobre el presente y el futuro de la patria, en un ejercicio que infunda esperanza, sentido de pertenencia y compromiso con el bien común",
Sin embargo, "se convierte frecuentemente en un escenario de descalificaciones y disputas estériles, generando distancia, incertidumbre y desazón en muchos chilenos".
Ese contexto propicia y aumenta en la sociedad las "manifestaciones de violencia". "La polarización y la agresión se expresan en muchos niveles de nuestra convivencia, incluso en el trato cotidiano con los demás".
"Han aumentado últimamente los asesinatos y otras acciones criminales. El narcotráfico y la delincuencia ocupan amplios sectores y espacios de nuestras ciudades. La legítima protesta política se vuelve a menudo, por acción de algunos grupos, destructiva", lamentaron.