VATICANO,
Durante el rezo del Ángelus dominical de este 17 de octubre, el Papa Francisco recordó la enseñanza de Jesús que consiste en que "la verdadera gloria no se obtiene elevándose sobre los otros, sino viviendo el mismo Bautismo" y advirtió nuevamente sobre el carrerismo, también en la Iglesia.
"La búsqueda del prestigio personal se puede convertir en una enfermedad del espíritu, incluso disfrazándose detrás de buenas intenciones; por ejemplo, cuando, detrás del bien que hacemos y predicamos, en realidad nos buscamos solo a nosotros mismos y nuestra afirmación. Es decir, avanzar nosotros, trepar. Esto también lo vemos en la Iglesia ¿eh? Cuántas veces, nosotros cristianos, que deberíamos ser los servidores intentamos trepar, ir hacia adelante", indicó el Papa.
El Santo Padre reflexionó en el pasaje del Evangelio de San Marcos que relata "cuando dos discípulos, Santiago y Juan, piden al Señor sentarse un día junto a Él en la gloria, como si fueran primeros ministros o algo así. Pero los otros discípulos los escuchan y se indignan".
En esta línea, el Papa señaló que "a este punto Jesús, con paciencia, les ofrece una gran enseñanza: la verdadera gloria no se obtiene elevándose sobre los otros, sino viviendo el mismo bautismo que Él recibirá, dentro de poco tiempo, en Jerusalén, es decir la Cruz".
Por ello, el Papa explicó que "la palabra 'bautismo' significa 'inmersión': con su Pasión, Jesús se sumergió en la muerte, ofreciendo su vida para salvarnos. Por tanto, su gloria, la gloria de Dios, es amor que se hace servicio, no poder que aspira a la dominación, no poder que aspira a la dominación, sino amor que se hace servicio".
De este modo, el Santo Padre destacó que existen dos lógicas diferentes. Por un lado, que los discípulos buscan "emerger" y esto "expresa esa mentalidad mundana por la que siempre somos tentados: vivir todas las cosas, incluso las relaciones, para alimentar nuestra ambición, para subir los peldaños del éxito, para alcanzar lugares importantes".