Un sacerdote en Argentina relató cómo se gestó el milagro de la curación de Candela Giarda por intercesión del Papa Juan Pablo I, el cual permitirá su beatificación.
En Paraná, Argentina, vivía Candela Giarda, que enfermó apenas a los 10 años. La niña padecía dolores de cabeza que con el tiempo fueron empeorando con vómitos y fiebre.
En marzo de 2011 fue internada en el Hospital Pediátrico de Paraná a causa de las convulsiones que sufría.
Luego de recorrer distintos centros de salud, Candela fue trasladada a la unidad de Pediatría de la Fundación Favaloro de Buenos Aires. Allí fue internada porque su pronóstico no era alentador.
Fue en esas circunstancias cuando Roxana, la madre de Candela, se acercó a la parroquia Nuestra Señora de la Rábida, para solicitar la visita del entonces párroco, P. José Dabusti.
"A partir de ahí yo iba a visitarla de vez en cuando, le administré el sacramento de la Unción de los Enfermos y Roxana se acercaba periódicamente a la parroquia para rezar, asistía a Misa, charlábamos y rezábamos por Candela", dijo el P. Dabusti a la agencia AICA.