VATICANO,
El Papa Francisco destacó la importancia de la libertad cristiana, explicó en qué consiste ser católico y cuál es el sentido de la auténtica inculturación al continuar con su serie de catequesis sobre la carta de San Pablo a los gálatas en la Audiencia General que se llevó a cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano este miércoles 13 de octubre.
"En la llamada a la libertad descubrimos el verdadero sentido de la inculturación del Evangelio: ¿cuál es el verdadero sentido de la inculturación del Evangelio? Que el Evangelio toma la cultura en la cual vive la comunidad cristiana y habla de Cristo con esa cultura y ¿cuál es el verdadero sentido de esta inculturación? Es el ser capaces de anunciar la Buena Noticia de Cristo Salvador respetando lo que de bueno y verdadero existe en las culturas. ¡No es algo fácil! Son muchas las tentaciones de querer imponer el propio modelo de vida como si fuera el más evolucionado y el más atractivo. ¡Cuántos errores se han realizado en la historia de la evangelización queriendo imponer un solo modelo cultural!", advirtió el Santo Padre.
A continuación, la catequesis pronunciada por el Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Pero ¿están dormidos eh? ¡Buenos días!
En nuestro itinerario de catequesis sobre la Carta a los Gálatas, hemos podido enfocarnos en cuál es para San Pablo el núcleo central de la libertad, el núcleo central de la libertad: el hecho de que, con la muerte y resurrección de Jesucristo, hemos sido liberados de la esclavitud del pecado y de la muerte. En otros términos: somos libres porque hemos sido liberados, liberados por gracia, liberados por el amor, que se convierte en la ley suprema y nueva de la vida cristiana. El amor, nosotros somos libres porque hemos sido liberados, gratuitamente, este es el punto clave.
Hoy quisiera subrayar cómo esta novedad de vida nos abre a acoger a cada pueblo y cultura y al mismo tiempo abre a cada pueblo y cultura a una libertad más grande. San Pablo de hecho dice que para quien se adhiere a Cristo ya no cuenta ser judío o pagano, no. Cuenta solo «la fe que actúa por la caridad» (Gal 5,6).