La Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén comenzó una segunda fase de restauración, centrada en el suelo del templo.
La primera fase de esta restauración terminó en el año 2017, con la que el santo edículo, que contiene la tumba vacía de Cristo, fue restaurado a su esplendor original, según destaca la Custodia de Tierra Santa. Este inicio de la restauración tuvo lugar tras un acuerdo histórico entre las tres comunidades cristianas, greco ortodoxa, católica y armenia, que cuidan de la iglesia de la Resurrección.
El pasado 27 de septiembre, el comité técnico científico nombrado para realizar la restauración presentó el estado de progreso de las pruebas de viabilidad y los tiempos estimados de finalización a los jefes de las tres Iglesias en el Convento de San Salvador en Jerusalén.
"Queríamos volver a Jerusalén para demostrar que este proyecto es muy importante para nosotros y queremos agradecer a las comunidades cristianas que han depositado su confianza en nosotros. En nuestro trabajo remoto [durante el tiempo de pandemia], tuvimos una gran ayuda de los tres arquitectos que aquí en Jerusalén representan a las tres comunidades cristianas del Santo Sepulcro. En la Basílica se creó un buen clima de ayuda recíproca entre nosotros y los miembros de la comunidad que viven allí", aseguró Stefano Trucco, director del trabajo y arquitecto supervisor.
La web de la Custodia de Tierra Santa precisó que los estudios preliminares que el grupo de trabajo está llevando a cabo tienen como objetivo no ser invasivo y sobre todo, no obstaculizar las actividades diarias en el Santo Sepulcro, como las celebraciones de las tres comunidades cristianas, la libre circulación de los frailes que viven allí y el acceso a los peregrinos. Para ello, la basílica se ha dividido idealmente en diez áreas y luego habrá tres sitios.