Tres miembros de la Guardia Suiza en el Vaticano renunciaron tras negarse a cumplir con el mandato de recibir la vacuna contra la COVID-19, mientras que otros tres guardias han sido suspendidos hasta que estén completamente vacunados.
La Guardia Suiza Pontificia, encargada de proteger al Papa, ha exigido a sus 135 miembros que reciban la vacuna.
Este es un paso adicional al requisito de la Ciudad del Vaticano del green pass (pase verde), un certificado digital de la vacunación, la recuperación del coronavirus o de una prueba negativa del COVID-19 en las últimas 48 horas.
El teniente Urs Breitenmoser, un vocero de la Guardia Suiza, dijo al diario suizo Tribune de Genève que los tres guardias renunciaron "voluntariamente".
Asimismo dijo que la exigencia de la vacuna es "una medida en línea con las adoptadas por otros ejércitos en todo el mundo".
En una declaración para Associated Press, Breitenmoser dijo que "tres miembros de la Guardia han optado por no adherirse a esta solicitud y voluntariamente han dejado el cuerpo".