Este domingo 3 de octubre fueron beatificadas en Catanzaro (Italia) dos mujeres laicas que sufrieron parálisis durante décadas, ofrecieron su dolor a Dios y, a pesar de todo, confiaron siempre en el Señor: María Antonia Samá y Gaetana "Nuccia" Tolomeo.
La Misa celebrada en la Basílica de la Inmaculada Concepción la presidió el Cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y concelebrada por el Arzobispo de Crotone-Santa Severia y Administrador Apostólico de Catanzaro-Squillace, Mons. Angelo Raffaele Panzetta.
El vicepostulador de la causa, P. Pasquale Pitari, comentó sobre las nuevas beatas que "son las primeras en la historia milenaria de la Arquidiócesis", dos mujeres que sufrieron mucho y que ofrecieron su sufrimiento por la salvación de las almas de sus hermanos.
María Antonia Samà nació el 2 de marzo de 1875 en el sur de Italia, en la localidad de Sant'Andrea Jonio en la provincia de Catanzaro.
A los 22 años sufrió una grave artrosis que ocasionó que se quedara paralizada con las rodillas levantadas y permaneció acostada en esa posición por casi 60 años, ofreciendo al Señor todos sus sufrimientos.
María Antonia vivió todo con los ojos de la fe e invitó a quienes la visitaban a confiar siempre en Dios, en cualquier situación.