VATICANO,
El acceso seguro a electricidad es un lujo del que 759 millones de personas no pueden disfrutar. Así lo afirmó Mons. Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, en un discurso pronunciado ante la ONU.
Con motivo del Diálogo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre energía, Mons. Gallagher subrayó este viernes 24 de septiembre la importancia de lograr el objetivo de que "todas las familias y hogares tengan un acceso suficiente a una energía asequible y fiable".
"Esto significa promover sistemas energéticos y micro-redes para los 'consumidores finales' a nivel local y dotar a las comunidades de infraestructuras energéticas duraderas", señaló.
Mons. Gallagher abogó por promover una "transición a una energía accesible y limpia", "un deber que tenemos con millones de nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo, especialmente con los pobres, incluyendo a las generaciones que aún están por venir".
En no pocos casos, explicó Mons. Gallagher, el problema se debe a la dependencia de pequeñas comunidades en países poco desarrollados de las grandes redes de suministro de energía, que requieren de una complicada burocracia que estas pequeñas comunidades, por falta de recursos, no pueden afrontar.
Por ello, defendió que las culturas locales sean capaces "de gestionar y mantener sus propios recursos energéticos, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, es vital y evitará las dependencias explotadoras de las grandes redes y burocracias energéticas".