La Congregación de Religiosas de la Virgen María informó de la muerte de ocho religiosas ancianas que habían sido diagnosticadas con COVID-19 en el convento de San José, ubicado en Ciudad Quezon, la ciudad más poblada de la Gran Manila, Filipinas.
En una entrevista en Radio Veritas 846, radio de la iglesia local, Sor Ma. Anicia Co, portavoz de la congregación religiosas, dijo que "ocho de las hermanas, de entre 90 y 80 años, afectadas por el COVID-19, regresaron a casa con nuestro Padre Celestial".
Sor Co dijo que las religiosas se encontraban entre las 62 hermanas que habían sido infectadas con COVID-19 anteriormente. Al respecto, dijo que "algunas hermanas están pasando de sintomáticas a asintomáticas".
Además, informó que 52 empleados y miembros del personal del convento también dieron positivo al COVID-19; pero precisó que "el personal aún es joven, por lo que está camino a recuperarse".
La monja también aclaró informes que señalaban que el motivo del "brote" de COVID-19 en el interior del convento se debió a la negativa de las monjas y del personal a vacunarse.
Sor Co dijo que algunas de las monjas y el personal ya estaban vacunados en el mes de mayo; y que las ocho monjas que fallecieron no fueron vacunadas, porque ya estaban enfermas.