Conforme regresan más cristianos a Qaraqosh (Irak), ciudad que durante años estuvo bajo el terror del ISIS, una congregación religiosa anunció que abrirá un nuevo colegio y una capilla como signo de esperanza para la comunidad, pues ayudarán a resurgir la fe y promover el desarrollo local.
La noche del 6 al 7 de agosto de 2014, el Estado Islámico (ISIS) atacó y tomó Qaraqosh, la principal ciudad cristiana de la Llanura de Nínive, situada a 25 km de Mosul (Irak). El grupo terrorista también ocupó otras ciudades como Karamles y Teleskuf. Unos 120 mil cristianos se vieron forzados a huir hacia Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.
Durante la ocupación del Estado Islámico, los terroristas quemaron y profanaron las iglesias y monasterios de estas ciudades, y también destruyeron las casas y las carreteras. En 2016, luego de la ofensiva del ejército iraquí y de los kurdos, el ISIS fue expulsado de la llanura de Nínive.
Desde entonces inició la reconstrucción de la ciudad y el regreso paulatino de la comunidad cristiana. La Iglesia también intervino en este proceso, un ejemplo son las religiosas dominicas de la Congregación de Santa Catalina de Siena, que tienen presencia en la zona desde 1890.
Las religiosas, que son reconocidas por su servicio a la educación en la zona desde hace más de 130 años, fueron unas de las primeras en regresar a Qaraqosh para trabajar en la restauración de la comunidad.
Según la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), su presencia animó a muchos cristianos a retornar a su tierra natal, y hoy son un signo de esperanza, pues están por abrir una nueva escuela secundaria en Qaraqosh,