El administrador diocesano de Solsona, Mons. Romà Casanova, Obispo de Vic (España), explicó en su carta semana la situación "anómala" que se está viviendo tras la renuncia de Mons. Xavier Novell.
Y aseguró que "la perplejidad invadió nuestros corazones" al saber de la renuncia del Obispo emérito de Solsona.
"Al dolor por la pérdida de quien guió valientemente y con celo apostólico la diócesis de Solsona durante 10 años, se nos sumó la avalancha de informaciones que apuntaban a que las razones personales que fundamentaban la renuncia eran de tipo sentimental. Y eso nos hacía aún más dolorosa la pérdida, porque nos hacían nacer en el corazón sentimientos de pena intensa", precisó el Administrador Diocesano de Solsona.
Unos sentimientos que el Prelado definió como de "fidelidad truncada", "paternidad abandonada" y "fraternidad agitada", porque según destacó la relación del Obispo con la diócesis es "mucho más que la fría realidad de un capitán que hace que las cosas vayan lo mejor posible".
Sin embargo destacó que "ni la perplejidad ni el dolor a raíz de esta renuncia y de sus motivos no nos pueden hacer perder el respeto hacia su persona, la cual, como todas, tiene su dignidad inalienable".
Por eso aseguró que en el "circo mediático", "convertido en un vertedero de informaciones carentes del respeto a la intimidad e historia de las personas y que producen sufrimiento en los círculos más cercanos, como la familia, y el mismo obispado".