La mañana del 3 de diciembre de 1987 el P. Víctor Acuña Cárdenas fue asesinado por terroristas de Sendero Luminoso, convirtiéndose en el primero de varios sacerdotes ultimados por el sanguinario grupo que sembró muerte y destrucción, en las décadas de 1980 y 1990 en Perú.
Según refieren varios testimonios, el sacerdote de 52 años estaba celebrando Misa en el Mercado de la Magdalena en Huamanga, departamento de Ayacucho, cuando los terroristas le dispararon causándole la muerte.
"Cayó inconsciente al piso y me parece que habló unas cuantas palabras porque los señores, las personas que estaban alrededor lo escucharon. Nos quedamos sorprendidos por las palabras que había vertido porque lo que dijo fue 'Dios mío perdónalos, no saben lo que hacen', que son casi palabras de Cristo", relató hace algunos años Julio César Acuña Prado, sobrino del sacerdote, en una audiencia pública de la Comisión de la Verdad.
Acuña Prado explicó que como su tío era "director de Cáritas tenía a su cargo la donación o entrega de alimentos para la gente de menos recursos. Incluso fue el forjador de los clubes de madres de diferentes localidades. Aparte combinaba eso con su labor pastoral".
El P. Acuña Cárdenas era director de Cáritas en Ayacucho, dirigía un comedor de niños y era capellán de la Guardia Civil. Los terroristas, que ya habían hecho pintas amenazándolo, lo acusaban de negociar los alimentos donados.
Acuña Prado explicó que en las pintas que hicieron los terroristas también insultaban a su tío sacerdote, que "era bien querido en toda la comunidad por las obras de bien que hacía".