Al concluir la Misa en el Santuario Nacional de Šaštín (Eslovaquia), el Papa Francisco regaló una "rosa de oro" a Nuestra Señora de los Siete Dolores, un antiguo gesto que expresa reverencia a la Virgen María.
En el último día de su viaje apostólico a Hungría y Eslovaquia, que comenzó el pasado 12 de septiembre, el Santo Padre celebró una Misa multitudinaria en Šaštín, donde asistieron más de 50 mil personas.
El Pontífice rezó junto con los obispos eslovacos una oración a Nuestra Señora de los Siete Dolores, que fue declarada patrona del país en 1927 por el Papa Pio XI.
Al finalizar la Eucaristía, el Papa Francisco regaló una rosa a la Virgen Dolorosa que depositó a los pies de la imagen que presidió el altar, un acto que es exclusivo de los Pontífices cuando visitan un santuario.
"Un gesto antiguo para expresar reverencia a la Virgen María", señaló Vatican News.