VATICANO,
Con una Misa multitudinaria, con más de 50 mil asistentes, celebrada junto al Santuario Nacional de Šaštín, el Papa Francisco concluyó la agenda de su viaje apostólico a Eslovaquia, que inició el pasado 12 de septiembre.
Una Misa en la que el Santo Padre pidió no olvidar que "no se puede reducir la fe a azúcar que endulza la vida".
El Pontífice llegó a Šaštín en la mañana de este miércoles 15 de septiembre tras despedirse en la Nunciatura Apostólico en Bratislava del personal que le acompañó en estos días. Šaštín es una ciudad de algo menos de 5 mil habitantes, situada a 71 kilómetros de la capital eslovaca.
El Santo Padre se trasladó al Santuario Nacional de Šaštín, también conocida como Basílica de los Siete Dolores, donde mantuvo un momento de oración con los obispos eslovacos antes de dar comienzo a la celebración eucarística.
La Virgen de los Siete Dolores es la patrona de Eslovaquia. El Santuario fue declarado Basílica Menor por San Juan Pablo II, quien celebró aquí una Misa ante 200 mil fieles en 1995. Se trata de un templo del siglo XVI que ha marcado la historia de Eslovaquia desde entonces.
La imagen de la Virgen de los Siete Dolores tiene una historia de curaciones milagrosas. Se han estudiado hasta 726 casos.