"Es ese mismo pueblo el que sigue siendo hostigado, reprimido y encarcelado como nunca, por exigir la justicia con valentía, negarse a repetir consignas de muerte, y gritar al mundo con todas sus fuerzas: Libertad; Patria y Vida", señaló.
Mons. Wenski subrayó que este año también se recuerda a la imagen de la Virgen de la Caridad que llegó como peregrina a Miami, "como una exiliada más, en las manos de un refugiado político".
La imagen de la Virgen que se venera en la Ermita de la Caridad llegó a Miami escondida en una maleta y es una réplica de la estatua original que se encuentra en El Cobre (Cuba).
"A lo largo de estos 60 años, aquí se quedó, en la Ermita junto al mar, para prodigar amor y consuelo a todos, para acoger al recién llegado; al que está en problemas, al que sufre la enfermedad o la nostalgia, al que quiere dar gracias por tantas alegrías y regalos", remarcó el Prelado.
Por la intercesión de la Virgen, Mons. Wenski pidió al Señor que "ayude al pueblo de Cuba que ya ha sufrido demasiado, que merece el derecho a elegir su destino para poder construir, como soñó el Apóstol de su independencia, José Martí, 'una patria con todos y para el bien de todos'".
"Como también recordaba el Papa San Juan Pablo II durante su visita a Cuba en 1998, 'los cubanos son y deben ser los protagonistas de su propia historia personal y nacional'", agregó.