Mons. José Palma, presidente de la Conferencia Episcopal Filipina, celebró la Misa del 7 de septiembre en el Congreso Eucarístico Internacional que tiene lugar en Budapest (Hungría) hasta el 12 de septiembre y explicó que la paz que proporciona Jesús no es "ausencia de dolor o sufrimiento, sino de la realización de la presencia de Dios en medio del dolor y el sufrimiento".
El Prelado explicó durante la homilía que "en cada Santo Sacrificio, comenzamos reconociendo la fuente de nuestra reunión, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo", "dejamos ir nuestro estatus social y las muchas cosas que nos dividen porque nos convertimos en una familia de creyentes" y por eso "dejamos nuestros títulos y llamamos a cada uno como hermanos y hermanas".
En ese sentido explicó que "es esta experiencia de ser familia cada vez que se ofrece y se celebra la Eucaristía la que realmente permite experimentar la paz que solo Dios puede dar", y que "cada vez que se ofrece el Sacrificio en cada altar, la paz brota, porque en cada Eucaristía nos convertimos en una sola familia de Dios".
La paz que proporciona Jesús no es "ausencia de dolor o sufrimiento, sino de la realización de la presencia de Dios en medio del dolor y el sufrimiento".
"Incluso como en muchos lugares todavía existe COVID, debido a que Dios está con nosotros, no cedemos al miedo, sino que seguimos siendo firmes en nuestra fe", subrayó el Arzobispo.
Por eso indicó que la paz forma parte de ser "familia de Dios" y también de la "presencia de Dios en medio del dolor y el sufrimiento".