VATICANO,
El Cardenal Ignace Moussa I Daoud, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, presentó esta mañana en la Santa Sede el libro “Fe y martirio: Las Iglesias orientales católicas en la Europa del siglo XX”, que incluye conmovedores testimonios de la martirizada Iglesia Católica en los países de Europa Oriental durante el Siglo XX.
La obra, que recoge las actas del simposio de historia eclesiástica contemporánea realizada en el Vaticano del 22 al 24 de octubre de 1998, documenta “los casos de supresión de las diversas iglesias orientales católicas: ucraniana, rumana, eslovaca y rutena, que tras ser canceladas de la historia resurgieron y hoy se preocupan de no perder la memoria de la persecución”, según explicó el Purpurado.
La publicación “no omite a los responsables de tantos sufrimientos”, pero “a pesar de todo no existe rencor. A pesar de las relaciones históricamente difíciles, en muchos casos durante el ‘siglo de los mártires’, católicos orientales y de otras confesiones han sabido sufrir juntos en las cárceles, en los campos de concentración, en los campos de trabajo forzado”.
Conmovedores testimonios
Durante la presentación, Monseñor Tertulian Ioan Langa, de 82 años, habló de sus dieciséis años en las cárceles comunistas y describió “la masiva y amenazadora presencia soviética atea en las fronteras de Rumania”, la “presencia violenta y atroz del comunismo ateo” y “la presencia brutal y humillante de las tropas soviéticas, que habían ocupado casi un tercio del territorio nacional”.
El sacerdote de la eparquía rumana de Cluj-Gherla contó las innumerables ocasiones en las que fue interrogado, los años de tortura, depravación, humillación y sufrimiento, los “ritos diabólicos” que hacían a los prisioneros para obligarles a hablar. También dijo que la oración, el rezo de las letanías y de los salmos fueron muy importantes y le ayudaron a sobrevivir.