La religiosa que arriesgó su vida para evitar una masacre en Myanmar el pasado febrero, continúa arriesgando su vida ahora atendiendo a los infectados de COVID-19 en aldeas remotas del país. "Siento que es mi deber", aseguró.
Sor Ann Rose Nu Tawng es una religiosa Misionera de San Francisco Javier en Myanmar. Durante las revueltas que tuvieron lugar en el mes de febrero en el país tras un golpe militar, la religiosa arriesgó su vida al arrodillarse ante las fuerzas del orden para que no actuaran violentamente contra los manifestantes y evitó así la masacre de un centenar de personas.