El número de víctimas en Haití sigue aumentando tras el terremoto de 7,2 grados que tuvo lugar el pasado 14 de agosto. Actualmente se registran unos 1.300 fallecidos. A esto se une la alerta amarilla que se ha activado en el país caribeño por la próxima llegada de una tormenta tropical que podría azotar la zona y complicar las labores de rescate en la zona sur de la isla.
Por el momento se cuentan unos 1.300 fallecidos y alrededor de 5 mil heridos, mientras que se desconoce el número total de desaparecidos.
El P. Massimo Miraglio, religioso camiliano que lleva 17 años en la comunidad haitiana de Jaremie, habló con Vatican news y aseguró que tanto él como sus hermanos de comunidad se encuentran implicados en la construcción de un hospital que pretende ser "un punto de referencia importante en la zona, una de las más afectadas por el terremoto".
"El terremoto nos tomó por sorpresa y no estábamos preparados. La gente de aquí está acostumbrada a lidiar con huracanes e inundaciones, así que reaccionaron con mucho pánico", destacó el P. Miraglio.
El sacerdote destacó que el mayor problema está en la parte baja y más histórica de la ciudad, que se ha derrumbado, y también la zona montañosa que rodea la localidad de Jeremie.
Según destacó el P. Miraglio "las casas en las montañas, que ya eran precarias, se derrumbaron, dejando muchas personas heridas y muertas en lugares donde no hay acceso a los centros de saludo que, cuando están presentes, carecen de cualquier tipo de material que permita el rescate".