VATICANO,
Mons. Henryk Hoser, enviado especial del Papa para la parroquia y el santuario de Medjugorje (Bosnia y Herzegovina), falleció el pasado martes 10 de agosto en Varsovia (Polonia), aunque la Conferencia Episcopal Polaca no difundió la noticia hasta el viernes 13 de agosto.
El Arzobispo polaco falleció a los 78 años tras enfermar de COVID 19. El prelado también estaba enfermo de malaria y, aunque su estado era grave, confiaba en recuperarse y regresar al santuario de Medjugorje tras su convalecencia.
Sin embargo, su estado de salud empeoró repentinamente por lo que debió ser ingresado de nuevo en el hospital de la capital polaca el martes pasado, donde falleció horas después.
Mons. Hoser recibió del Papa Francisco en febrero de 2017 el encargo de Enviado Especial de la Santa Sede en la parroquia de Medjugorje.
En mayo de 2018 el Pontífice formalizó su misión al otorgarle el encargo de Visitador Apostólico con carácter especial para la parroquia de Medjugorje por tiempo indeterminado y ad nutum Sanctae Sedis, es decir, por iniciativa de la Santa Sede.
La misión de Mons. Hoser encomendada por el Santo Padre tenía un carácter pastoral, sin ninguna referencia a las apariciones marianas en Medjugorje, una cuestión doctrinal competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe.