Los obispos de la Conferencia Católica de Colorado en Estados Unidos explicaron que no existe en la Iglesia norma alguna que obligue a los católicos a vacunarse, tampoco a recibir la vacuna contra el COVID-19, pero precisaron que seguirán alentando a los fieles a "mantenerse sanos y seguros" ante la pandemia.
"Un católico puede juzgar que es correcto o incorrecto recibir ciertas vacunas por una variedad de razones, y no hay ninguna ley o regla de la Iglesia que obligue a un católico a recibir una vacuna, incluyendo las vacunas contra el COVID-19", indicaron los obispos en una carta publicada en su sitio web el 5 de agosto.
La carta firmada por los obispos de las tres diócesis del estado de Colorado (Denver, Colorado Springs y Pueblo), se publica luego que el alcalde de Denver, Michael B. Hancock, anunció el 2 de agosto que los trabajadores públicos de la ciudad y los del sector privado en establecimientos de alto riesgo como hospitales, deberán estar plenamente vacunados para el 30 de septiembre.
La decisión del alcalde se dio ante el avance de la variante Delta que, según los científicos, es más infecciosa que las anteriores.
En su carta, los obispos de Colorado resaltan que "la vacunación no es moralmente obligatoria, por lo que debe ser voluntaria".
Recuerdan asimismo que "existe el deber moral de rechazar el uso de productos médicos, incluidas ciertas vacunas, que se crean utilizando líneas de células humanas derivadas del aborto; sin embargo, solo se puede utilizar este tipo de vacunas en condiciones específicas: si no hay otras alternativas disponibles y si se hace con la intención de preservar la vida".