REDACCION CENTRAL,
El sacerdote cubano Eduardo Llorens, de la Arquidiócesis de San Cristóbal de La Habana, compartió su testimonio como uno de los miembros del clero que acompaña a los cientos de detenidos tras las históricas protestas del 11 de julio contra el régimen comunista de Cuba.
El P. Eduardo Llorens, de 57 años, fue ordenado sacerdote hace 18 años y pertenece a la Compañía de Jesús desde hace 26 años. Actualmente colabora en la parroquia San Miguel del Padrón en La Habana, es coordinador de la Colaboración para la Misión y dirige la Oficina de Espiritualidad Ignaciana, el Centro de Espiritualidad Padre Arrupe y el Apostolado de la Oración en Cuba.
En una entrevista concedida a ACI Prensa el viernes 30 de julio, el jesuita y abogado de profesión explicó que, tras las masivas protestas del 11 de julio en contra del régimen de Miguel Díaz-Canel, se continúan realizando juicios sumarios en Cuba, los cuales son legales y están "contemplados en la Ley de Procedimiento Penal", pero "dejan al acusado en una situación de indefensión".
"El abogado se puede personar y ver el expediente unos momentos antes del juicio, si los familiares logran reunir el dinero y encuentran un abogado que quiera defender el caso. Es prácticamente imposible que la defensa pueda en tan poco tiempo buscar otras pruebas que exculpen a su defendido. Los testigos son el instructor del caso (el que realiza la investigación) y los policías que llevaron a cabo la detención, y muchos de estos últimos no recuerdan la cara de los acusados, pues manifiestan que detuvieron a muchas personas", explicó.
Asimismo, dijo que "si a lo anterior sumamos que el discurso oficial en la prensa única existente, la del gobierno, todo el tiempo es la aplicación del 'peso de la ley' el resultado son las sanciones máximas de privación de libertad para delitos que, de ser probados, admiten multas".
El P. Llorens es también miembro actual del servicio de acompañamiento de la Conferencia Cubana de Religiosos y Religiosas (CONCUR), el cual se enfoca en el asesoramiento para la presentación de recursos de Habeas Corpus, la ayuda para la localización de detenidos, orientación en cuanto a los datos que deben de averiguar y el acompañamiento espiritual/psicológico a familiares tras los acontecimientos del 11 de julio.