MADRID,
A la multitudinaria muestra de solidaridad tras la tragedia del 11-M que dejó más de 200 muertos y unos mil 500 heridos, se ha sumado en España los testimonios de víctimas anónimas y personas que ayudaron en la catástrofe que manifiestan su sincero perdón y clemencia para con los terroristas y su consuelo a los afectados.
Amparo Buchón, una madre que perdió en el atentado a Marta y Nuria, sus dos hijastras, ofreció un conmovedor testimonio de fe en Dios y perdón de los autores de los atentados: “El Señor me las dio y el Señor me las quitó. Hay que aceptar su voluntad. Siento una gran impotencia, ya que no puedo entender que un ser humano sea capaz de llegar a estos extremos. Sin embargo, la fe cristiana ha sido el sostén de mi vida y ahora me da las fuerzas necesarias para aceptar la situación con resignación y, perdonar a los que han causado tanto daño y sufrimiento. Les perdono de todo corazón y pido que Dios toque sus corazones”.
Carmen Rubio, una enfermera del Hospital La Paz que brindó ayuda a las víctimas de los atentados, recogió el testimonio de un rumano en uno de los locales destinados a la atención de las víctimas. “Me salvé gracias a Dios”.
“Yo estaba en el vagón de la muerte y tenía un libro. Como había mucho jaleo decidí cambiarme de sitio y eso me salvó la vida”, le explicó el sobreviviente. Preguntado sobre la temática del libro, el rumano, dijo que se trataba de “un libro cristiano”.
La enfermera aseguró a que estas muertes “sólo se pueden perdonar por la gracia de Dios, ya que si no es imposible”. “El ejemplo lo tenemos en el Papa Juan Pablo II. Él sufrió un atentado mortal y fue a la prisión a visitar al agresor, le dio un abrazo y se convirtió”, añadió Rubio.
Un médico forense, Julio Lorenzo, al narrar su experiencia al ayudar y dar ánimo a los afectados en los atentados, reveló que su más profundo consuelo lo encontró en Dios. “Pude percibir su presencia en la solidaridad de la gente que allí se encontraba. Cuando no comprendemos el misterio de la iniquidad, el hombre no puede sino elevarse a Quien sabe la solución, a Quien todo lo puede y lo conforta”.