Relatos medievales sugieren que luego de la Ascensión de Cristo, muchos de sus más cercanos compañeros huyeron de la persecución en Tierra Santa y pasaron el resto de sus vidas terrenas en el sur de Francia. Entre ellos habrían estado Santa Marta y Lázaro de Betania, San Maximino de Aix y Santa María Magdalena, la cual es reconocida como la santa patrona de la región francesa de Provenza.
De acuerdo a la tradición, María Magdalena llegó a la costa francesa en bote, pisando tierra en una ciudad hoy conocida como Saintes-Maries-de-la-Mer.
Después de evangelizar toda la zona, especialmente la ciudad de Marsella, se estableció en una gruta en el corazón de una montaña cercana, que luego se convertiría en el Santuario de Sainte-Baume, donde se habría dedicado a la oración hasta el final de sus días.
Su tumba, considerada la "tercera bóveda de la Cristiandad", después del Santo Sepulcro de Jerusalén y la tumba de San Pedro debajo de la Basílica en el Vaticano, está localizada en Saint-Maximin, al pie de las montañas de Sainte-Baume, y ha sido custodiada por los dominicos durante siglos.
Es precisamente entre la Iglesia de Notre-Dame-de-la-Mer (Nuestra Señora del Mar), en Saintes-Maries-de-la-Mer, y la Basílica de Santa María Magdalena en Saint-Maximin, que se encuentra este nuevo camino de fe.
El itinerario de más de 236 kilómetros tiene 10 etapas, ante el majestuoso paisaje de la Camarga y Provenza.