MADRID,
Con la participación de cientos de navarros que llenaron la Catedral de Pamplona para honrar a los 200 fallecidos en los atentados del pasado jueves en Madrid, el Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Mons. Fernando Sebastián, hizo un llamado a superar el dolor presente desde la fe cristiana.
“Ni el odio, ni la violencia, ni la muerte tendrán la última palabra”, señaló el Prelado en la Misa a la que asistió el delegado del Gobierno, José Carlos Iribas, el presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, a la cabeza del ejecutivo y José Sierra, gobernador militar de Navarra, cuyo hijo falleció en el atentado.
Un total de 200 velas encendidas en memoria de los fallecidos en el atentado fueron colocadas frente al altar, desde donde el Arzobispo pidió al inicio de la ceremonia por el eterno descanso de los 200 fallecidos del 11-M.
Mons. Sebastián honró “la memoria de los que murieron a consecuencia de aquellos horribles atentados” y mostró su “sincero afecto y total apoyo hacia los heridos y a los familiares de unos y otros que han vivido y siguen viviendo horas de angustia”.
El Arzobispo navarro apeló a la fe cristiana para superar el dolor porque ella “nos dice que ni el odio, ni la violencia, ni la muerte tendrán la última palabra”. “Por eso mismo, sobreponiéndonos a la congoja que todavía atenaza nuestros corazones, tenemos que mirar al futuro con esperanza”, añadió.
“Además de cometer unas acciones socialmente intolerables y políticamente del todo rechazables”, señaló el Prelado, “han cometido un pecado gravísimo, alzándose ellos mismos como jueces del bien y del mal, constituyéndose árbitros de la vida y de la muerte, destruyendo la vida de tantas personas y multiplicando el dolor en tantas familias”.