Cada vez más peregrinos visitan el Santuario de la Virgen de Lourdes en Francia ante la flexibilización de las medidas de prevención del COVID-19 dispuestas por el Gobierno el mes pasado.
El 9 de junio, Francia inició su tercera fase de flexibilización de las restricciones por COVID-19, que implica la apertura de las fronteras bajo ciertas condiciones para promover el turismo.
Dentro de la Unión Europea, los pasajeros están sujetos a presentar un "pasaporte de vacunas" controlado sistemáticamente en el embarque. Los visitantes internacionales fuera de la UE podrán ingresar según la clasificación por colores de sus países dispuesta por las autoridades, que está basada en indicadores de salud y puede adaptarse según la evolución de la pandemia.
El año pasado se cancelaron el 85% de las peregrinaciones al Santuario de Lourdes debido a las medidas de prevención de la expansión de la pandemia del COVID-19.
El rector del Santuario de la Virgen de Lourdes, Mons. Olivier Ribadeau Dumas, precisó el 7 de junio que el Santuario, que puede acomodar hasta 30 mil personas en condiciones normales, registró una pérdida operativa de 4,7 millones de dólares en 2020; y predijo que esta cifra aumentaría a 5,9 millones de dólares en 2021.
Recientemente, Mons. Ribadeau dijo a AFP que "después de varios meses muy fuertemente marcados por esta crisis sanitaria que afectó a todo el mundo, el Santuario se reactiva [...] desde hace algunas semanas".