La Upper Similkameen Indian Band indicó en un comunicado del 28 de junio que "no pueden creer en el total desprecio por nuestros ancianos y antepasados", con respecto a los incendios recientes que destruyeron las iglesias Our Lady of Lourdes Chopaka y St. Ann's Church en las tierras tribales de Upper and Lower Similkameen.
Según el comunicado, la tribu estaría "cooperando plenamente y ayudando con esta investigación".
"Al igual que (la Lower Similkameen Indian Band), entendemos el enojo que rodea a las escuelas residenciales en todo nuestro país, pero les imploramos a todos que busquen apoyo y se ayuden mutuamente para expresar su enojo y emociones de una manera diferente. Poner nuestras tierras, vida silvestre y miembros en riesgo no es el camino", añadieron.
El Obispo de Nelson, Mons. Gregory Bittman, celebró la Misa en las tierras de bandas indias del Lower Similkameen el domingo 4 de julio.
"A pesar de las pérdidas que han sufrido, a pesar de las fuerzas que buscan dividirnos, nos reunimos como un solo pueblo, unidos en la fe. Pido oraciones continuas por todos los hermanos y hermanas indígenas, especialmente por aquellos que han perdido sus iglesias misioneras, incluida la más reciente en Hedley y Chopaka", dijo en un comunicado.
El primer ministro Justin Trudeau, que es católico, habló sobre los incendios provocados en la iglesia el 2 de julio y dijo que no creía que fueran acciones útiles hacia una comunidad herida.
"No puedo evitar pensar que quemar iglesias en realidad está privando a las personas que necesitan de duelo, sanación y duelo de lugares donde pueden llorar, reflexionar y buscar apoyo", dijo.
La Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCCB) dijo la semana pasada que el Papa Francisco ha invitado a algunos obispos canadienses, sobrevivientes de escuelas residenciales y líderes indígenas al Vaticano del 17 al 20 de diciembre "para fomentar encuentros significativos de diálogo y curación".
Respecto al descubrimiento de tumbas no identificadas con restos de niños indígenas, el Papa Francisco dijo el ángelus del domingo 6 de junio que se une "a los obispos canadienses y a toda la Iglesia Católica de Canadá para expresar mi cercanía al pueblo canadiense, que ha quedado traumatizado por esta impactante noticia".
Además, subrayó que este descubrimiento, que definió como "espantoso" y "triste", "aumenta nuestra conciencia del dolor y el sufrimiento del pasado".
"Que las autoridades políticas y religiosas de Canadá sigan colaborando con determinación para arrojar luz sobre este triste suceso y comprometerse humildemente en un camino de reconciliación y sanación", dijo.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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