Los padres de Akash Bashir, el joven católico que murió al evitar que un terrorista suicida atacara la iglesia de San Juan durante una Misa, rezan por su próxima beatificación.
El 15 de marzo de 2015, terroristas suicidas atacaron dos iglesias del área de Youhanabad, el barrio cristiano de Lahore, capital de la provincia de Punjab (Pakistán). Las explosiones dejaron al menos 20 personas muertas y 80 heridas.
Una de ellas era la iglesia de San Juan, donde asistía Akash, un joven pakistaní que se había ofrecido junto a otros hombres a resguardar el templo de posibles ataques terroristas.
La madre de Akash relató a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que su familia se mudó a Youhanabad en 2008; y en noviembre de 2014 su hijo "se unió al grupo de voluntarios que velaban por la seguridad de nuestra iglesia".
La fundación explicó que en aquel entonces "todas las confesiones estaban reclutando a jóvenes tras el atentado suicida de 2013 contra la iglesia [anglicana] de Todos los Santos de la ciudad de Peshawar".
Aquel ataque dejó 82 muertos, entre ellos 34 mujeres y siete niños, y 145 heridos, y tras el atentado se produjeron manifestaciones para reclamar a las autoridades pakistaníes que se haga justicia y se proteja a las comunidades cristianas.