MADRID,
Ante la futura incorporación de Rumania a la Unión Europea (UE), el Obispo de Oradea Mare, Mons. Virgil Bercea, solicitó a las autoridades comunitarias la exigencia al Estado rumano de la devolución de los bienes incautados a la Iglesia Católica durante las décadas de comunismo.
“Aunque el comunismo colapsó hace ya catorce años”, señaló el Prelado, “y aunque hemos llevado a cabo todas las acciones exigidas para recuperar nuestras propiedades, el Estado rumano no se preocupa en absoluto de resolver el problema”.
“Nuestra Iglesia continúa enfrentándose a las presiones y a la discriminación administrativa, tanto a nivel estatal como local. Padecemos intimidaciones, violencia e injusticias”, señaló Mons. Bercea en una carta dirigida el 5 de marzo al comisario europeo para la ampliación, el alemán Gunter Verheugen.
A pesar que la Iglesia Católica en Rumania fue legalizada en 1990, hasta ahora sufre permanentes coacciones.
Según El Semanal Digital, además de las presiones políticas mencionadas por Mons. Bercea, no son pocas las presiones ejercidas por la Iglesia ortodoxa en Rumania. Allí, como en todos los demás países de la Europa del Este sometidos a la tiranía comunista, el resurgir religioso ha ido acompañado de un recelo hacia quienes pudieran “perjudicar” la renacida identificación entre la nación y la Iglesia Ortodoxa.
Muchos de los bienes cuya propiedad reclama Mons. Bercea son de titularidad estatal. Sin embargo, quienes los utilizan son las comunidades ortodoxas.