VATICANO,
El Papa Francisco exhortó a la comunidad cristiana a no perder la capacidad de asombro ante la encarnación de Dios, porque, "sin asombro, la fe se convierte en una letanía cansada que lentamente se apaga".
Así lo afirmó este domingo 4 de julio durante el rezo del Ángelus dominical desde el Palacio Apostólico del Vaticano. El Santo Padre reflexionó sobre el pasaje evangélico del día donde se habla de la incredulidad de los paisanos de Jesús cuando lo ven predicar en la sinagoga de Nazaret.
El Pontífice llamó la atención sobre el hecho de que los paisanos de Jesús lo conocen, pero no lo reconocen. "Hay diferencia entre conocer y reconocer: podemos conocer varias cosas de una persona, hacernos una idea, fiarnos de lo que dicen los demás, quizá de vez en cuando verla por el barrio, pero todo esto no basta. Se trata de un conocer superficial, que no reconoce la unicidad de una persona".
Se trata de un riesgo, señaló el Papa, "que todos corremos: pensamos que sabemos mucho de una persona, la etiquetamos y la encerramos en nuestros prejuicios. De la misma manera, los paisanos de Jesús lo conocen desde hace treinta años y piensan que lo saben todo; en realidad, no se han dado nunca cuenta de quién es realmente. Se detienen en la exterioridad y rechazan la novedad de Jesús".
Advirtió que "cuando o hacemos que prevalezca la comodidad de la costumbre y la dictadura de los prejuicios, es difícil abrirse a la novedad y dejarse sorprender".
"Al final sucede que muchas veces, de la vida, de las experiencias e incluso de las personas buscamos solo confirmación a nuestras ideas y a nuestros esquemas, para nunca tener que hacer el esfuerzo de cambiar".