La Basílica de la Agonía en Getsemaní, fuera de los muros de la Ciudad Vieja de Jerusalén, acogió este 1 de julio la Fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo, celebrada por la Iglesia local que mantiene esta festividad en su calendario litúrgico.
Esta basílica católica se encuentra en el Monte de los Olivos y dentro está la llamada piedra de la agonía, en la que según la tradición rezó Jesús la noche en que fue entregado.
La ceremonia de este 1 de julio fue presidida por el Vicario de la Custodia, P. Dobromir Jasztal, quien cubrió la piedra del interior de la basílica con pétalos de rosas rojas, en recuerdo de la agonía y la sangre derramada por Jesús el Jueves Santo.
"Al final de la celebración, como cuenta la tradición, los religiosos y fieles presentes recogieron los pétalos para llevarlos a los hogares y continuar la meditación sobre la celebración de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo", informó la Custodia de Tierra Santa en su sitio web.
En su homilía, el Vicario Custodio afirmó que "siguiendo los pasajes de la Biblia, vemos la sangre como un elemento importante de la vida". "Varias veces, Dios ordena no derramar sangre, no beberla y no comer carne de animales que todavía contiene rastros de sangre; porque la sangre es vida, la sangre es sagrada", afirmó, al recordar el capítulo 12 de Deuteronomio.