Al finalizar la Audiencia General del 5 de agosto de 2020 desde la biblioteca del palacio apostólico, el Papa Francisco pidió oraciones por las explosiones en Beirut y solicitó rezar por Líbano para que consiga superar la crisis que está atravesando.
El 2 de septiembre ante fieles reunidos en el patio de San Dámaso el Papa indicó que "durante más de 100 años el Líbano ha sido un país de esperanza" y añadió que "incluso en los periodos más oscuros de su historia los libaneses han conservado su fe en Dios y han demostrado la capacidad de hacer de su tierra un lugar de tolerancia, de respeto, de convivencia, único en la región".
En esa ocasión, el Santo Padre destacó también que "Líbano representa algo más que un Estado, el Líbano es un mensaje de libertad, es un ejemplo de pluralismo, tanto para el Oriente que para el Occidente" por lo que "por el bien mismo del país, pero también del mundo, no podemos permitir que este patrimonio se pierda".
"Animo a todos los libaneses a continuar a esperar, a recuperar las fuerzas y las energías necesarias para repartir. Pido a los políticos, a los líderes religiosos, comprometerse con sinceridad y transparencia en la obra de reconstrucción dejando caer los intereses de partes y mirando al bien común y al futuro de la nación. Renuevo la invitación a la comunidad internacional a sostener el país para ayudarlo a salir de la grave crisis sin ser involucrado en las tensiones regionales", advirtió entonces el Papa.
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Por último, el Santo Padre convocó a vivir una Jornada universal de Oración y de Ayuno por el Líbano que se llevó a cabo el viernes 4 de septiembre.
San Juan Pablo II y Benedicto XVI
En una reciente rueda de prensa, el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Cardenal Leonardo Sandri, subrayó la importancia de la exhortación apostólica "Una nueva esperanza para el Líbano" de San Juan Pablo II en la que el Pontífice recordó la Asamblea Especial para el Líbano del Sínodo de los Obispos.
En ese documento, San Juan Pablo II destacó que "la situación del país era dramática" porque "el Líbano ha sido profundamente sacudido en todos sus componentes" y añadió que invitó "a los católicos presentes en aquella tierra a emprender un camino de oración, penitencia y conversión, que les permitiera interrogarse ante el Señor sobre su fidelidad al Evangelio y su compromiso efectivo en el seguimiento de Cristo".
Por su parte, el Purpurado explicó que "tras un largo proceso de preparación, el Sínodo Especial para el Líbano se celebró en 1995 en Roma; y la exhortación apostólica de la que he citado el principio fue entregada por el santo pontífice durante su visita a la Tierra de los Cedros, en mayo de 1997".
Asimismo, el Cardenal Sandri resaltó que el Papa Emérito Benedicto XVI "eligió también la misma tierra para firmar y entregar el Documento de conclusión del Sínodo Especial para Oriente Medio, en septiembre de 2012, "Ecclesia in Medio Oriente".