Mons. Luis Argüello, portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE) manifestó su deseo de que nazca en España "un movimiento fuerte de protección de la vida", y recordó que "provocar la muerte" no puede ser "la solución a los problemas y al sufrimiento".
Ante la próxima entrada en vigor de la Ley de Eutanasia en España, el 25 de junio, Mons. Luis Argüello, portavoz de la CEE y Obispo auxiliar de Valladolid (España) aseguró que la Iglesia ha mostrado en numerosas ocasiones su parecer al respecto de esta ley.
"Hemos mostrado nuestra opinión con insistencia, nos parece una mala noticia y creemos que se pone en marcha el plano inclinado. En los primeros días veremos personas querer acogerse a este derecho, un derecho 'perplejo' porque al propio sujeto del derecho se le elimina. Y desde ahí el riesgo de que personas que puedan considerarse una carga para sus propias familias lo vivan como una presión añadida. No creo que pueda haber una marea de peticiones", aseguró Mons. Argüello.
Insistió en que "provocar la muerte no puede ser nunca una referencia social para solucionar los problemas y el sufrimiento".
También declaró que de igual manera que habrá quienes declaren en su testamento vital, de manera anticipada que se les practique la eutanasia, también habrá quienes pidan que no sea así, "que no quieren la eutanasia, sino otra atención médica y espiritual a la hora de abordar los momentos finales de la vida, a los que hay que atreverse a mirar de frente, porque ahí están todos los interrogantes sobre el sentido mismo de la vida".
El portavoz de la CEE manifestó su deseo de que "desde este momento creciera en España un movimiento fuerte de protección de la vida, de defensa de la vida, de cuidados paliativos".