El Obispo de Formosa (Brasil), Mons. Adair José Guimarães, indicó que el papel de la Iglesia en medio de la pandemia "no se convierte en una contadora de muertes", sino que debe preparar a los fieles para la vida eterna.
En su homilía del 20 de junio, Mons. Guimarães señaló que la asistencia sanitaria recae en la autoridad civil, mientras que el campo de la Iglesia es la evangelización y el cuidado de las almas.
Este domingo Brasil superó las 500 mil muertes por COVID-19, convirtiéndose en el segundo país con más fallecidos en el mundo, después de Estados Unidos.
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), el Colegio de Abogados de Brasil (OAB), la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos Dom Paulo Evaristo Arns, la Academia Brasileña de Ciencias, la Asociación Brasileña de Prensa y la Sociedad Brasileña para el Avance de la Ciencia publicaron una carta en la que expresaron su "indignación" por las "manifestaciones contrarias a las medidas recomendadas por los organismos sanitarios, en el cuidado y la promoción de la vida humana".
Las entidades firmantes señalaron que es "relevante e indispensable" la función de la Comisión de Investigación Parlamentaria (CPI) para investigar las acciones de la gestión pública ante la crisis de la pandemia.
Además, expresaron su "solidaridad, con una palabra de consuelo" a los familiares de las víctimas.