Papa Francisco se reúne en el Vaticano con prisioneros de una cárcel de Roma

Por su parte, el Santo Padre recomendó a los detenidos que "busquen lo positivo en este momento que no es el más bonito de su vida" y repitió "busquen lo positivo para poder seguir adelante y gracias por esta visita".

Al finalizar, el Papa los bendijo y rezó para que "el Señor los bendiga y los ayude para seguir adelante" y para que "siempre puedan mirar el futuro con esperanza".

El Papa Francisco visitó la cárcel Rebibbia de Roma el 2 de abril de 2015 en donde celebró la Misa de la Última Cena del Jueves Santo.

Allí, el Santo Padre lavó los pies a doce detenidos: a dos mujeres nigerianas, una congoleña, dos italianas y una ecuatoriana. También a un hombre detenido de nacionalidad brasileña, a otro nigeriano y a cuatro italianos.

 

 

En su homilía, el Papa destacó que "Jesús nos amó, Jesús nos ama sin límites, siempre, hasta el final. El amor de Jesús por nosotros no tiene límites. Siempre es más, siempre es más. No se cansa de amar, a ninguno".

Luego, el Santo Padre recordó en varias ocasiones que Cristo "nos ama a todos nosotros hasta el punto de dar la vida por nosotros" y aseguró que cada uno puede decir "ha dado su vida por mí".

El Santo Padre afirmó además que "su amor es así, personal. El amor de Jesús no defrauda jamás, porque no se cansa de amar, como no se cansa de perdonar, no se cansa de abrazarnos".

Sobre el tradicional rito del lavado de los pies, el Papa explicó en esa ocasión que "en nuestro corazón debemos tener la certeza de que el Señor, cuando nos lava los pies, nos lava todo, nos purifica, nos hace sentir una vez más su amor".