VATICANO,
El Papa Francisco destacó este 7 de junio que el sacerdote debe ser un hombre que transmita "esperanza a los corazones inquietos" y advirtió que los "curas 'superhombres' acaban mal".
"El sacerdote es un hombre que, a la luz del Evangelio, difunde el sabor de Dios a su alrededor y transmite esperanza a los corazones inquietos: así tiene que ser", indicó el Papa al recibir a un grupo de presbíteros que viven en la comunidad sacerdotal de San Luis de los franceses de Roma.
En su discurso, el Papa Francisco alentó a los sacerdotes a redescubrir en este Año de San José "el rostro de este hombre de fe, de este padre tierno, modelo de fidelidad y de abandono confiado en el proyecto de Dios".
En esta línea, el Santo Padre citó la carta apostólica Patris Corde para invitar a los sacerdotes a no temer en su debilidad, ya que "también a través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto. Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad".
"No debemos dejar de lado la fragilidad: es un lugar teológico. Mi fragilidad, la de cada uno de nosotros, es un lugar teológico de encuentro con el Señor. Los curas 'superhombres' acaban mal, todos ellos. El sacerdote frágil, que conoce sus debilidades y habla de ellas con el Señor, ese irá bien. Con José, estamos llamados a volver a la experiencia de los actos sencillos de acogida, de la ternura, del don de sí mismo", explicó el Papa.
Asimismo, el Pontífice pidió a los sacerdotes vivir la fraternidad y evitar las habladurías porque "en una fraternidad vivida en la verdad, en la sinceridad de las relaciones y en una vida de oración podemos formar una comunidad en la que se respira el aire de la alegría y de la ternura".