Durante la dura persecución religiosa que sufrió la Iglesia Católica a manos del Gobierno de México en la Guerra Cristera de las primeras décadas del siglo XX, se decidió esconder la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe para evitar que sea destruida. Esta es la historia.
El P. Eduardo Chávez, uno de los principales expertos sobre la aparición de la Virgen de Guadalupe, recordó que la imagen mariana sufrió un atentado pocos años antes de la Guerra Cristera, cuando las relaciones entre el Estado y la Iglesia se iban tensando.
El P. Chávez es doctor en Historia de la Iglesia y canónigo de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe. Además, fue el postulador oficial de la canonización de San Juan Diego, el vidente de Nuestra Señora de Guadalupe.
El 14 de noviembre de 1921 un desconocido escondió dinamita en un arreglo floral que puso a los pies de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Alrededor de las 10:30 a.m. de ese día el explosivo detonó, dañando el altar de mármol, los candelabros y un crucifijo que quedó retorcido y cayó al suelo.
Sin embargo, la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe no sufrió ningún daño.